Programas multidisciplinares y transdisciplinares, ¿cómo seleccionar a los artistas?
La residencia artística KAI fue fundada en 2014 por el artista audiovisual Carlos Garavito Herrera en el Valle Sagrado de Cuzco, Perú. Diseñada como un programa multidisciplinar, la residencia acoge a artistas de absolutamente todas las disciplinas.
KAI acoge artistas de las artes plásticas, artes visuales, escultura, pintura, artes audiovisuales, realización de películas, video mapping, artes sonoras, pintura, diseño, artes gráficas..., así como a investigadores y científicos. "Hacemos esta combinación entre ciencias y artes e intercambio de conocimientos aquí en la residencia. Han pasado de diferentes tipos, también ha habido procesos de investigación, como todo lo que viene a ser con tradiciones", explica Carlos Garavito Herrera.
Este tipo de programas que alían las artes y la ciencia pueden denominarse transdisciplinarios, ya que se mezclan diferentes sectores laborales. "Se da en casi todos los campos. No hay una línea específica. Han venido de todo, también químicos, físicos e ingenieros forestales", indica el fundador.
Como la residencia está siempre abierta a solicitudes, Carlos Garavito Herrera pide a todos los artistas solicitantes un portafolio, un currículum y un posible calendario para el desarrollo de sus proyectos en la residencia. En su opinión, la estancia mínima es de dos semanas, pero la mayoría de los artistas se quedan por un periodo que varía de uno a tres meses, "pero si vemos que el proyecto puede tener un avance, se puede ampliar", dice el fundador.
A partir de este primer encuentro entre los artistas y el director de la residencia, se evalúa el proyecto para ver si es factible en el KAI. "Vemos si es real que lo pueda hacer acá y si tenemos las condiciones para poder apoyarlo en su proyecto. A partir de eso, muchos trabajos quedan fuera, otros digo, estos pueden funcionar y les puedo dar ese soporte, de ayuda para que puedan generarlo y puedan terminar sus piezas", confía Carlos Garavito Herrera.
En el caso de que el proyecto pueda tener una línea curatorial diferente a la que se desarrolla en ese momento en el KAI, su fundador no duda en remitirlos a otras residencias o espacios culturales del país. "En este caso en la selva con Goctalab, en la costa con Geiku en Trujillo, o ver la forma de tal vez no con residencias, pero con espacios en Lima o en Cuzco, donde puede exponer y relacionarse con artistas", concluye Carlos Garavito Herrera.